Los meniscos, son láminas semilunares de fibrocartílago que se encuentran en la rodilla entre la cara articular de la tibia y la epífisis distal del fémur, ayudan en la congruencia articular, protegen e interactúan con el cartílago articular ubicado por encima y debajo de ellos ayudando a reducir la fricción provocada durante diversos movimientos que presentan solicitaciones a la rodilla, también se encargan de absorber las cargas que pasan a través de la articulación de la rodilla ayudando en su distribución, para permitir los movimientos de rodilla evitando posibles lesiones.
Los meniscos se pueden lesionar en diversos movimientos, generalmente al existir una rotación de rodilla en la pierna en apoyo y en una semiflexiín. Los movimientos y posiciones bruscas con la rodilla en varo o valgo pueden ocasionar desgarros meniscales. El más común a lesionarse es el menisco medial.
Las lesiones de meniscos se presentan principalmente en la práctica deportiva con ejercicio de alto impacto y de contacto, al realizar un mal movimiento, forzarlo o al recibir un traumatismo directo por contacto.
Los principales signos y síntomas que podrían indicar una lesión son:
- Dolor articular (en el centro de la rodilla): Suele presentarse en la zona del menisco lesionado, se debe realizar una exploración profunda ya que el paciente puede referir el dolor en otra estructura de la rodilla o en toda la rodilla.
- Derrame articular: Es el mayor indicativo de una lesión de menisco en caso de presentarse en las primeras horas posteriores a la lesión.
- Bloqueos de rodilla: Estos se presentan cuando existe una ruptura de menisco y uno de los fragmentos se centra entre las superficies articulares impidiendo realizar al paciente la extensión o flexión completa de rodilla provocando dolor.
- Limitación de la movilidad por dolor o bloqueo
La intensidad de dichos síntomas variara dependiendo de la gravedad y estabilidad de la lesión.
Diagnóstico
Al sospechar de una lesión de meniscos es fundamental observar el estado clínico, los antecedentes de lesión, la práctica deportiva y estado funcional que refiere el paciente así como la exploración y valoración por un médico especialista el cual realizara la inspección de la rodilla evaluando cada aspecto clínico para expedir un diagnostico objetivo tanto del estado de la lesión como del paciente.
Tratamiento
En los casos en los que existe rotura de menisco comprobada en la exploración física y con estudios de imagen se opta por el tratamiento quirúrgico. Son casos donde del tratamiento conservador no es viable o tras dicho tratamiento no se han obtenido resultados favorables.
El Tratamiento Fisioterapéutico se encuentra indicado en pacientes que no presentan episodios de bloqueos ni derrame y que en la exploración física las maniobras meniscales son dudosas, en lesiones grado 1, y que solo refieren dolor con la actividad física y durante la práctica de algún deporte, o en pacientes de edad avanzada, quienes además otras alteraciones degenerativas que contribuyen al dolor.
La rehabilitación y Terapia Física consiste en disminuir el dolor y síntomas provocados por la lesión, potenciar y equilibrar la musculatura, usando ejercicios de fortalecimiento para los músculos que participan en la biomecánica de rodilla, del mismo modo se trabaja la propiocepción para obtener una mayor estabilidad articular. Se unan diversos medios físicos antiinflamatorios y analgésicos para complementar la rehabilitación objetiva del paciente, y del mismo modo promover y optimizar el estado físico del paciente para evitar lesiones futuras de meniscos o de alguna otra estructura de rodilla.
Con el tratamiento Fisioterapéutico se deben observar buenos resultados en un tiempo no mayor de tres semanas; de otra forma de deberá de valorar la posibilidad del tratamiento quirúrgico principalmente en los deportistas de élite.